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La noche de san juan, solsticios y los misterios
Por
Gorka Olaitz
objeto de veneración y celebración en muchas culturas a lo largo de la historia, ya que representa el triunfo de la luz sobre la oscuridad y el renacimiento de la naturaleza, Para aquellos que practican el ocultismo o siguen las enseñanzas de las escuelas de misterios, el Día de San Juan se considera una oportunidad para conectarse con la energía cósmica y la sabiduría espiritual. Se cree que en este día la barrera entre los planos físico y espiritual se vuelve más delgada, lo que facilita la comunicación con seres espirituales y la adquisición de conocimiento oculto.
La Tierra sigue una órbita elíptica alrededor del Sol. Esto
significa que en algunos momentos del año, la Tierra está más cerca del Sol, en
un punto llamado perihelio, y en otros momentos está más alejada, en un punto
llamado afelio. Estas variaciones en la distancia no solo afectan la cantidad
de luz solar que llega a la Tierra, sino también la intensidad del calor
recibido, esto se debe a que el eje de la Tierra está inclinado en relación con
el plano de su órbita alrededor del Sol. Esta inclinación es responsable de la
existencia de las estaciones del año. Cuando un hemisferio está inclinado hacia
el Sol, experimenta el verano, mientras que cuando está inclinado lejos del
Sol, experimenta el invierno. En los solsticios, que son los momentos en los
que el Sol alcanza su punto más alto o bajo en el cielo, el ángulo de
iluminación y la duración del día varían en diferentes regiones de la Tierra. Esta
inclinación del eje terrestre es fundamental para entender el fenómeno de las
estaciones, pues son los rayos solares los que inciden sobre la tierra y dependiendo
del Angulo en el que estos lleguen es que suceden las estaciones, del año:
verano, otoño, invierno y primavera.
Cuando el hemisferio en el que te encuentras está inclinado
hacia el Sol, los rayos solares inciden de manera más directa y perpendicular,
lo que genera un mayor calentamiento y días más largos. Esto da lugar al
verano. A medida que la Tierra continúa su órbita alrededor del Sol, el
hemisferio se va inclinando gradualmente lejos del Sol. Como resultado, los
rayos solares llegan con un ángulo más oblicuo, lo que disminuye la cantidad de
energía solar recibida y acorta la duración de los días. Esto marca el comienzo
del otoño. A medida que la inclinación del hemisferio se aleja aún más del Sol,
los rayos solares inciden de manera aún más oblicua. Esto lleva al invierno,
donde los días son más cortos y la energía solar es menos intensa. Por último,
cuando el hemisferio comienza a inclinarse nuevamente hacia el Sol, inicia la
primavera, con días más largos y un ángulo de incidencia solar que aumenta
gradualmente.
los equinoccios
el Sol cruza los puntos de intersección entre el plano del
ecuador terrestre y la eclíptica durante su órbita aparente. Estos puntos
marcan los equinoccios, que son momentos clave en el cambio de estaciones. Cuando el Sol cruza de sur a norte, es decir,
cuando se encuentra sobre el hemisferio sur celeste y se mueve hacia el
hemisferio norte celeste, marca el inicio de la primavera en el hemisferio
norte y el inicio del otoño en el hemisferio sur. Este equinoccio de primavera
ocurre alrededor del 21 de marzo, mientras que el equinoccio de otoño se
produce alrededor del 23 de septiembre. Por otro lado, cuando el Sol cruza del
norte al sur, es decir, se encuentra sobre el hemisferio norte celeste y se
mueve hacia el hemisferio sur celeste, marca el inicio del otoño en el
hemisferio norte y el inicio de la primavera en el hemisferio sur. Estos
equinoccios representan momentos en los que la duración del día y la noche son
casi iguales en todas las regiones del planeta.
Los solsticios.
Los equinoccios y los solsticios son eventos astronómicos
relacionados con la posición aparente del Sol en el cielo y su interacción con
el plano del ecuador terrestre y la eclíptica. Los equinoccios marcan los
cambios de estaciones entre primavera y otoño, mientras que los solsticios
representan los extremos en cuanto a la duración del día y la noche durante el
verano e invierno. Estos eventos astronómicos tienen un impacto significativo
en los patrones climáticos y las variaciones de luz en diferentes regiones del
mundo.
Los dos san juan
Las festividades de San Juan Bautista y San Juan Evangelista
han sido significativas en el mundo ocultista, en diversas escuelas iniciáticas
y corrientes esotéricas y dentro de ellas se considera que San Juan Bautista y
San Juan Evangelista representan arquetipos simbólicos profundos y desempeñan
roles importantes en el desarrollo espiritual y la búsqueda del conocimiento
oculto. Estos dos santos son vistos como figuras venerables y maestros
espirituales que transmiten enseñanzas y guían a aquellos que buscan la verdad y
la iluminación.
Las festividades de San Juan Bautista y San Juan
Evangelista, que caen en fechas cercanas a los solsticios de verano e invierno,
lo que ha facilitado asociarlas con la transición de una estación a otra y con
los ciclos naturales de la Tierra. Estos momentos clave del año, en los que la
duración del día y la noche alcanzan su máxima diferencia, se consideran
momentos de poder espiritual y transformación, por lo que, en las escuelas
iniciáticas, se realizan rituales y ceremonias especiales durante estos
períodos para celebrar la conexión entre el cosmos y la conciencia humana, y
para buscar la armonía y el equilibrio en el mundo interior y exterior. Se cree
que, en estas fechas, los velos entre el mundo material y el mundo espiritual
son más delgados, lo que permite un mayor acceso a la sabiduría oculta y la
trascendencia personal.
Cada escuela iniciática puede tener sus propias
interpretaciones y prácticas relacionadas con San Juan Bautista y San Juan
Evangelista. Estas enseñanzas pueden abarcar aspectos como la purificación, la
renovación espiritual, la transmisión de conocimientos secretos y el despertar
de la conciencia. Los rituales y ceremonias realizados durante estas
festividades pueden incluir meditaciones, invocaciones, danzas, encendido de
hogueras, entre otros símbolos y prácticas sagradas. Es fácil darse cuenta que
tanto San Juan Bautista como San Juan Evangelista ocupan un lugar importante en
diversas corrientes esotéricas, y por lo tanto son considerados maestros
espirituales y arquetipos simbólicos que representan la búsqueda de la verdad y
la iluminación. Las festividades relacionadas con ellos, cercanas a los
solsticios de verano e invierno, son momentos propicios para la práctica de
rituales y ceremonias que buscan la conexión con el cosmos y la expansión de la
conciencia.
En los templos de los misterios y corrientes esotéricas, las
fechas solsticiales son representadas simbólicamente mediante el uso del
Círculo entre Paralelas Verticales y Tangenciales. Este símbolo sugiere que el
Sol no traspasa los Trópicos y, para los masones, implica que la dimensión
espiritual del ser humano es inviolable. Las paralelas representan los trópicos
de Cáncer y Capricornio, así como a los dos San Juan.
Las puertas solsticiales
Tradicionalmente, en las escuelas esotéricas se evocan las
puertas solsticiales como símbolo de acceso restringido al conocimiento. Estas
puertas estrechas simbolizan los medios limitados de acceso al conocimiento,
representados en el círculo cósmico, el círculo de la vida y el zodíaco, a
través del eje Capricornio-Cáncer. Capricornio corresponde al solsticio de
invierno y Cáncer al de verano (en el hemisferio norte, con su inversión para
el hemisferio sur).
La puerta representa el comienzo o el punto ideal de partida
en la elíptica de nuestro planeta, tanto en los calendarios gregorianos como en
algunos precolombinos, dentro del itinerario sideral. En la antigüedad, el ser
humano primitivo distinguía entre dos épocas: una de frío y otra de calor. Este
concepto inicialmente sirvió como base para organizar el trabajo agrícola y
comprendió la diferencia entre las estaciones frías y cálidas, en los templos
de los misterios y corrientes esotéricas, el símbolo del Círculo entre
Paralelas Verticales y Tangenciales representa las fechas solsticiales y evoca
la noción de puertas estrechas como dificultad de acceso al conocimiento. Este
símbolo refleja la importancia de los trópicos de Cáncer y Capricornio, así
como las conexiones con los dos San Juan. Además, simboliza el punto de partida
en la elíptica del planeta y la distinción entre las estaciones frías y cálidas
en la organización del trabajo agrícola desde tiempos remotos.
Estas tienen un significado simbólico profundo. Representan
puntos de acceso y transición hacia diferentes estados de conciencia y
conocimiento. En muchas tradiciones esotéricas y místicas, se considera que
durante estos solsticios las puertas dimensionales entre los reinos terrestres
y espirituales se abren de par en par, permitiendo una mayor conexión con los
planos superiores de existencia. Y además representan desafíos y oportunidades
para el crecimiento espiritual y el avance en el camino de la sabiduría.
Simbolizan la necesidad de superar obstáculos y restricciones, ya que el acceso
al conocimiento profundo y a la verdad requiere esfuerzo, dedicación y
preparación. Las puertas solsticiales también reflejan el concepto de dualidad
y polaridad en la naturaleza y en la experiencia humana. El solsticio de verano
representa el apogeo de la luz y el calor, mientras que el solsticio de
invierno representa la oscuridad y el frío. Estas dualidades son consideradas
complementarias y necesarias para el equilibrio y la evolución del ser humano.
Los cultos solares
Estos surgieron como resultado de la percepción del Sol como
una fuente de calor, luz y poder. Este astro, proclamado como el rey de los
cielos y el soberano del mundo, ejercía una influencia notable en las antiguas
civilizaciones y desempeñaba un papel fundamental en sus religiones y
creencias. Desde tiempos remotos, el ser humano ha imaginado los solsticios
como momentos en los que el cielo se abre en direcciones opuestas, como puertas
por las cuales el Sol entra y sale al completar su recorrido a lo largo de los
círculos tropicales. Estas aberturas cósmicas eran consideradas como eventos
sagrados y trascendentales.
Los cultos solares se desarrollaron en diversas culturas
alrededor del mundo. Los antiguos egipcios adoraban al dios sol Ra, quien era
considerado el creador y dador de vida. En la antigua Mesopotamia, el dios sol
Shamash era venerado como el juez y protector de la humanidad. En el Imperio
Romano, el culto a Sol Invictus (el Sol Invicto) se convirtió en una religión
oficialmente reconocida. Estos cultos solares celebraban y rendían homenaje al
Sol en ocasiones especiales, como los solsticios y equinoccios, que marcaban
los puntos clave en el ciclo solar y en el movimiento aparente del Sol en el cielo.
Estas festividades incluían rituales, ceremonias y sacrificios para asegurar la
continuidad de la luz solar, la fertilidad de la tierra y el bienestar de la
comunidad.
A medida que las civilizaciones evolucionaron y surgieron
nuevas religiones y creencias, el culto solar dejó su huella en ellas.
Elementos y simbolismos relacionados con el Sol se entrelazaron en las
tradiciones posteriores, como el culto a la naturaleza, las prácticas místicas
y las corrientes esotéricas. Se entiende que los cultos solares surgieron como
una respuesta a la importancia primordial del Sol en la vida humana y en la
percepción de los antiguos. Estos cultos adoraban al Sol como una deidad
suprema y celebraban los solsticios y equinoccios como momentos sagrados de
apertura cósmica. A través de su influencia, los cultos solares dejaron su
legado en las religiones y creencias que les sucedieron, perpetuando el
reconocimiento del Sol como una fuerza vital y trascendental en el universo.
Jano bifronte.
De esta multitud de creencias y doctrinas surge la imagen de
Jano Bifronte, quien puede representar fácilmente el cambio o trasmutación que
el ser puede alcanzar al cruzar la puerta de la iniciación, misma que se asocia
a los solsticios, pues estas puertas al igual que los solsticios representan
puntos donde el ser humano puede ingresar en plano superiores.
la ascensión.
Esta ascensión se ilustra particularmente en la figura del
dios Jano, quien presidía los comienzos y las iniciaciones en la antigua Roma
con sus dos caras que miran hacia el norte y el sur. Sin embargo, Jano no solo
representa las puertas y los inicios y finales. También alude a una doble
naturaleza: la "no manifestación" y lo "manifestado". Jano
posee dos llaves, una de plata y otra de oro, que tienen el poder de sujetar o
liberar. La llave de plata abre la puerta de los hombres, que representa los
misterios de la tierra y el mundo manifestado. Mientras tanto, la llave de oro
abre la puerta de los dioses, que representa los misterios del cielo y el paso
de la oscuridad germinal, lo no manifestado, hacia la luz iniciática. Jano
encarna el secreto alquímico de solve et coagula, que es inherente a la
naturaleza de las cosas. Una vez traspasada una puerta, no se puede regresar
por el mismo camino ni salir de ella.
Para este hecho diremos pues que la puerta izquierda y
derecha se asocian a los siguientes arquetipos:
Izquierda
derecha
Lo masculino (Jano)
Lo femenino (diana)
Iuna inferni (vía lata)
Iuana coeli (vía lacta)
Mundo terrestre “lo manifestado” Mundo celeste “lo no
manifestado”
Poder material
Poder sacerdotal
Manifestación individual
Manifestación trascendental
Fuerza belleza
Paraíso terrestre Paraíso
celeste
Justicia misericordia
Sur norte
Misterios menores
Misterios mayores
Vía de los hombres
Vía de los dioses
Cáncer capricornio
Verano invierno
Eléctrico magnético
Yang yin
Coagula solve
Omega alfa
Letra m de aum Letra a de aum.
Es menester aclarar que, aunque hemos hecho notar la existencia de estas dos puertas, en la significación esotérica de Jano, hay una tercera manifestación, que es el rostro invisible, que mira el presente, esta cara representa el tercer ojo, y es simbólico del “sentido de la eternidad” cuya mirada por un lado reduce todo a cenizas, destruyendo lo manifestado y por el otro cuando la sucesión se convierte en simultaneidad, ve todas las cosas que moran en el “eterno presente” Es a saber que existen muchas escuelas de los misterios menores, en donde podemos encontrar métodos y herramientas para lograr ese paso por la puerta de los hombres y lograr la purificación del alma, estas buscan establecer un lugar de formación integral del ser humano. Muchas veces se consigue y otras no. Mas sin embargo las herramientas están a la espera de ser operadas por manos hábiles y así cumplir el propósito para el cual fueron creadas. Mientras que estas escuelas son muchas la de los misterios mayores solo es una. esta orden o colegio invisible, es exclusiva para el trabajo de los verdaderos iniciados, aquellos que han traspasado la primera puerta y que han abiertos su ojo interior, aquí solo existe un instructor y suele adoptar miles de formas. Necesitamos centrarnos en el trabajo entendiendo que no hay atajos ni metas a conseguir, debemos ir ordenados abriendo puerta por puerta. Hasta llegar al lugar que está determinado. Que es nuestra ascensión, dando paso a el siguiente ciclo evolutivo, este es el trabajo al que estamos destinados, por lo tanto, no es posible para el hombre o la mujer lograr una transformación real de su piedra bruta si no acceden en el orden correcto en los misterios.
Para concluir los pequeños misterios consisten nos enseñan a depurar y limpiar la propia casa o vaso del alquimista, quien no puede trabajar en el arte real si su cuerpo, sus emociones y pensamientos, están desordenados, oscuros y sucios. No solo su interior debe estar ordenado. Claro, luminoso, despierto, sino que también las ventanas de su laboratorio deben estar sin basura que impida el paso de la luz y ver hacia afuera. Esta limpieza integral es el objetivo de los pequeños misterios. Es menester limpiar todos los espacios de nuestra materia, hasta que sus cordajes se tornen música viva.
Atendiendo a lo que se ha visto, la
noche de san juan se asocia a los misterios menores y representan la puerta de
los hombres o del alma, está asociada al solsticio de Cáncer, que ocurre
alrededor del 21 de junio en el hemisferio norte. Esta puerta marca el inicio
del verano en el hemisferio norte y el invierno en el hemisferio sur. Por otro
lado, la puerta de los dioses, que representa los misterios mayores o del
espíritu, se asocia al solsticio de Capricornio, que ocurre alrededor del 21 de
diciembre en el hemisferio norte y el 21 de junio en el hemisferio sur. Esta
puerta marca el inicio del invierno en el hemisferio norte y el verano en el
hemisferio sur. La puerta de los hombres y la puerta de los dioses simbolizan
dos aspectos complementarios de la evolución espiritual y el camino iniciático.
Los misterios menores se enfocan en el perfeccionamiento interior y la
transformación personal, mientras que los misterios mayores se relacionan con
la trascendencia espiritual y la unión con lo divino.
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